jueves, 10 de diciembre de 2009

COMPARTIR LO POSITIVO!!!!!

El poseer determinadas características nombradas de cierta manera, no son más que
palabras que permiten la comunicación. Cuando estas palabras se vuelven en contra, se
estancan y rigidizan en la mirada hacia uno mismo y hacia el otro. Es cuando hay que
detenerse y reflexionar, realizar un ajuste en la manera de mirar.

Hacer un viaje interior en un lugar privado permite al maestr@ observar a cada niño. Respirar
profundamente y proponerse limpiar la imagen del niño con una gran exhalación. Volver a
observarlo con la mayor pureza e inocencia posible. Intentarlo nuevamente, dejando que surjan
aspectos a admirar en él.

Es posible hacer esto con los niños en la clase. Se les propone hacer una pequeña relajación,
poniendo atención a la respiración, a la entrada y salida del aire con algún color que ellos
elijan. Llenando sus pulmones lo más posible, como si fueran globos. Luego les invitamos a
verse a si mismos en su imaginación, como una foto, a descubrir cómo son físicamente. Ver
cuáles son las cosas que les gusta, en las que sienten que tienen fe para
enseñar a los demás...

Para finalizar se puede hacer una ronda y compartir como se ven y cuales son sus gustos o
pueden hacerlo a partir de un dibujo de sí mismos...

De esta manera los niños se encuentran con su propia mirada, compartiendo sus
capacidades. Se Puede pedir a cada niño que le diga algo agradable al compañero, también hacerlo el/la maestr@ con cada alumno.


El maestro como profesional y observador, dispone de información sobre las capacidades de cada niño. Puede valerse de ella para que los niños se ayuden entre sí, tanto en los aprendizajes formales como en los informales. Es muy rico, al trabajar en grupo, apoyarse en los lazos que existen en el interior del mismo. No siempre quienes creemos líderes lo son para el grupo. Es por ello que la maestra puede hacer un sondeo para averiguar cuál es el niño o niña
preferido por el grupo. Una estrategia es, luego de conversar sobre los amigos o algún tema
referido a los afectos, pedir a cada niño que escriba en un papel el nombre del compañero al
que elegiría para invitar a su casa a jugar. Se les aclara que sólo la maestra va a leer los
papeles, para que todos queden tranquilos del anonimato. La maestra recoge los papeles en
una caja y luego, con esos datos, puede averiguar la preferencia grupal.

Con esta sencilla técnica y con la observación, se puede reconocer quién es el líder del grupo.
A él se puede recurrir cuando hay dificultades, cuando el maestro necesita la
atención del grupo que está dispersa... Convocando al líder, pidiéndole que haga alguna tarea,
solicitando su cooperación, se logra llamar la atención de todo el grupo.

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