miércoles, 28 de abril de 2010

LA BUENA EMPATÍA!!!

Desde que se habla de la inteligencia emocional como algo fundamental para encontrar cierta felicidad en la vida, el término empatía se utiliza a menudo. Pero el origen del vocablo viene del griego antiguo «empateia», formado por en, «en el interior de» y patos, «lo que se sufre». Hay ahora múltiples definiciones. La más sencilla dice que «es la capacidad de ponerse en el lugar del otro para así comprenderlo». Me gusta ésta porque evita la palabra sufrimiento e identificación intelectual. Creo que no es necesario sufrir con el otro, ni compartir sus ideas para comprenderlo. Ése es el gran mérito de las personas positivamente empáticas, que pueden ponerse en la piel del diferente, al que, en principio, no entienden ni están de acuerdo con su pensamiento. También me parece fundamental que se considere una capacidad, es decir, algo que está ahí y es susceptible de desarrollarse. Y, claro, es en la niñez, y con la educación, donde se empieza a regar o a malgastar ese don de la inteligencia. Los padres, los profesores y la sociedad misma, transmitirán o no este valor. Cuanto más egocéntrica y materialista sea una sociedad más violencia y menos compasión generará hacia el otro. Cuanto más humanista más empatía. Ahora bien, como decía antes, hay que tener cuidado en no convertirse en un empático compulsivo o acabarás sufriendo tanto con el otro que no podrás ayudarlo. Esto ocurre tan a menudo entre la buena gente que muchos acaban hundiéndose en el barco ajeno. Hay que dar lo que uno puede dar, sin más, sin culpabilizarse por no poder resolver los problemas del mundo. Hay que sentir con el otro sin sufrir su angustia. Hay que aprender a ayudar sin morir en el intento.

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